Quizás, este sea uno de los temas que más trato en mis asesorías. Y es que las dietas “mágicas” , “milagrosas” y “rápidas” han hecho mucho daño en nuestra sociedad, que sigue convencida de que éstas son la solución para deshacerse de los kilos que les sobran, olvidando de adquirir buenos hábitos saludables que les ayudarían a obtener sus objetivos a largo plazo.
Así, solo conseguimos recuperar el peso bajado en poco tiempo (el llamado efecto rebote), estancarnos y desmotivarnos. Y aunque la pérdida de grasa no es un progreso lineal ni una tarea fácil de lograr, con los consejos oportunos y deshaciéndonos de pequeñas costumbres que dábamos por buenas, conseguiremos deshacernos de esos kilos que parecían haberse quedado estancados.
Lo primero que tenemos que tener claro a la hora de perder grasa, es el déficit calórico, que consiste en comer menos calorías de las que gastamos, o bien, gastar más calorías de las que comemos. Es aquí, cuando el cuerpo busca energía en las reservas de grasa del organismo. Esto trae como resultado favorable, una pérdida de peso natural y saludable. Pero, ¿qué otras cosas no tenemos en cuenta y son esenciales?
1. No tener en cuenta el total de KCAL semanales
Muchas veces, solemos realizar ese déficit calórico solo de lunes a viernes, y una vez que llega el fin de semana, nos alimentamos peor y realizamos menos ejercicio. Olvidamos que para la pérdida de grasa, tenemos que tener un déficit calórico semanal, y no solo de lunes a viernes.
2. Elegir solamente el ejercicio aeróbico y NO realizar entrenamiento de fuerza
Entrenar tu fuerza es fundamental para prevenir la pérdida de masa muscular. Los músculos queman calorías, por lo que cuanto más desarrolles tus músculos, más elevado será tu metabolismo basal. Por eso, en caso de pérdida de peso (pérdida de grasa), se le dará más importancia al entrenamiento de fuerza, y realizaremos ejercicio aeróbico de manera complementaria.
3. Medir el progreso solo teniendo en cuenta el peso
Nunca bases tu pérdida de grasa en el peso total que muestre una báscula. Recuerda que lo que buscamos es mejorar nuestra composición corporal y la mayoría de las veces eso es: perder grasa y aumentar músculo, por lo que probablemente pesarás más. Mira a ver cómo te sientes, si ha mejorado tu energía y ánimo…éstos, son los mejores factores de que estás haciendo un buen trabajo!
4. OJO con las cantidades en tus platos
No nos tenemos que volver locos pesando toda la comida y eligiendo los gramos exactos; pero sí deberíamos aprender qué cantidades aproximadas deberíamos ingerir de cada macronutriente (obviamente, esto dependerá de cada persona) para no excedernos en las cantidades. Recuerda, no es tanto lo que comes sino, cuánto comes.
5. Consumir pocas proteínas
Después del agua, la proteína es el principal componente de nuestro cuerpo, y participa en casi todos los procesos celulares. Esto da para un artículo completo, ya que es uno de los mayores errores.
La proteína es fundamental en procesos de pérdida de peso ya que: aporta saciedad, previene la pérdida muscular y eleva la termogénesis (capacidad de generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas). De manera general, se recomienda en estos procesos, entre 1,5 – 2g de proteína por cada kilo de peso corporal.