El agua marina es una fuente de recursos minerales en la que, con mayor o menor concentración, se encuentran todos los elementos de la tabla periódica necesarios para nuestro organismo. Comprobado científicamente, contiene nada menos que 103 minerales y que posee una biodisponibilidad tal que permite que sus beneficiosos componentes sean fácilmente absorbidos y utilizados por el cuerpo humano a nivel interno, y no solo dándonos un baño en el mar.
Muchos opinan que esto es solo una moda, pero no, el agua de mar ya se usaba hace siglos como fuente curativa de distintas enfermedades. Pero no fue hasta finales del siglo XIX, cuando René Quinton, investigador francés, descubrió que la composición del agua de mar es muy similar a nuestro plasma (sangre).
¿Qué beneficios nos puede aportar?
Bebida ideal para los deportistas, ya que equilibra sales y minerales perdidos por transpiración, evitando la aparición de calambres y fatiga extrema. Los expertos recomiendan tomarla antes y después de la sesión de ejercicio y, de esta forma, se reduce la fatiga y se mantiene mejor la fuerza física.
Ayuda en la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.
Es bactericida, ayudando al crecimiento de las bacterias saludables.
Ayuda en patologías tales como la anemia, gracias a sus nutrientes, y la ansiedad, por alto contenido en magnesio.
Es un gran alcalinizador de nuestro cuerpo, regulando el PH y evitando la acidificación.
Regula la presión arterial (mezclada con agua dulce).
Limpia los pulmones de mucosidad.
Ayuda a eliminar resfriados y congestión mejorando nuestro sistema inmune!
Aporta dureza a los huesos (la deficiencia de sal, o consumir sal refinada, es una de las principales causas de la osteoporosis).
¿Cómo tomarla?
Un simple chupito al día de agua de mar (entre 30 y 50ml) en ayunas, sería suficiente como para notar los efectos en nuestro organismo. A partir de ahí, puedes ir aumentando (no más de 250ml al día). También puedes usarla para cocinar, aportándole más sabor y sobre todo más nutrientes, minerales; transformando nuestros alimentos en fuentes de energía.
Hoy en día, existen empresas especializadas en comercializar agua marina. Se extrae a más de 10 m de profundidad y lejos de rutas marítimas, puertos y zonas habitadas. Después pasa por un proceso de microfiltrado en frío y esterilización para ser consumida con seguridad. Se envasa bien sin diluir o bien diluida con agua dulce (isotónica).
¡Importante! Como todo, antes de comenzar a tomarla, es recomendable comprobar que no sufrimos intolerancia a la misma. Lo mejor sería empezar ingiriendo pequeñas cantidades para asegurarnos de que nuestro cuerpo la tolera sin problemas.