Aunque el ayuno esté de moda y parezca que se haya creado hace poco, no lo es. El ayuno es parte de la historia y evolución del ser humano. Las primeras muestras documentadas de ayunos proceden de prácticas religiosas, políticas, filosóficas y médicas.
El ayuno lleva recorriendo una larga historia entre nosotros, asociado a diversas religiones y filosofías de vida (cristianismo, el judaísmo, el islam, el hinduismo, el taoísmo…) y es utilizado como una vía de depuración física, pero no sólo eso, sino también como vía de detoxificación mental y espiritual.
En nuestra sociedad actual, la gran mayoría de enfermedades a las que nos enfrentamos en el día a día, son causadas por excesos de todo tipo: alimentarios, de trabajo, estrés, ruido y contaminación ambiental. Y es éste, uno de los principales beneficios del ayuno, estar en contacto con nuestro interior, potenciar nuestra humildad, abrir conciencia y aumentar la empatía hacia nuestro entorno, entre otros.
A mí me gusta definirlo tal y como leí hace tiempo en un artículo sobre el Ayuno Consciente: Se trata de aportar lentitud donde hay prisa, silencio donde hay ruido y limpieza donde hay suciedad y toxicidad.
¿No es perfecto? Creo que resume perfectamente los beneficios que el ayuno puede aportarnos, ya que no es solo una vía de pérdida de peso, es muchísimo más.
Desde un punto de vista más fisiológico, ayunar es provocar en el organismo una serie de reacciones mediante la supresión del aporte de comida sólida, lo que hace que se viva a costa de las propias reservas de calorías, desencadenándose por ello una revolución física y psíquica.
Pero NO es pasar hambre, como muchos piensan, ya que durante el ayuno desaparece el apetito. Solamente tenemos que hacerlo bien y siempre aconsejados por un especialista que pueda ver tu caso al detalle, viendo exactamente lo que necesitas.
¿Qué tipo de ayunos hay?
Seguro que has oído hablar del ayuno pero, ¿sabes cuántos tipos distintos de ayuno hay? Algunos de los diferentes protocolos son los siguientes:
1.- Ayuno 0. Solamente a base de agua, pudiendo llegar a estar hasta 3 días. Es la más practicada entre los higienistas.
2.- Toma de infusiones. El ayuno se realiza con aquellas infusiones que ayudan a tratar el problema personal del individuo.
3.- Ayuno Büchinger. Ayuno a base de caldos, infusiones o zumos. Duración entre 2 y 4 semanas. Se consumen 250-350 kcal/día.
4.- Ayuno intermitente: : consiste en realizar ayunos de un día bien en días alternos, un día o dos a la semana:
12/12: Dejamos pasar 12h entre ingestas, normalmente durante la noche. (Ejem: ceno a las 22h y desayuno a las 10h.).
6/8: El más popular. Reducimos la ventana de alimentación a 8h y ayunamos durante 16. Traducción: te saltas el desayuno o la cena. (Ejem: ceno a las 21h y almuerzo a las 13h).
20/4: Ayunar durante casi todo el día (20h). En este protocolo e habitual comer algo durante la ventana de ayuno, como vegetales, bebidas o caldos.
24h: Estar un día entero sin comer. (Ejem: almuerzo el martes a las 14h y no como hasta el miércoles a las 14h.). También está el Eat-Stop-Eat, en donde se incluye uno o dos ayunos de 24h en la semana.
5.- Dieta imitadora de ayuno o “Fasting mimicking diets”, son aquellas donde se ingieren unas 1000-700 kcal al día pero con una composición muy controlada que consiga los efectos fisiológicos del ayuno. Pauta una vez al mes o durante tres meses o dos veces al año.
6.- Restricción calórica: se ingiere un 20-40% menos de la ingesta calórica habitual al día y se puede hacer por perdidos de tiempo variables.
7.- 5:2: Está pensado para una semana, en la que comes normal 5 días y los otros 2 reduces tu ingesta a 500-600 kcal.
FASES
En las primeras 24 horas del ayuno, el cuerpo consume la glucosa que se encuentra en sangre, y en forma de glucógeno, en hígado y músculos. A partir de allí, nuestro cuerpo empieza a utilizar sus reservas de grasa y finalmente, las proteínas.
Es recomendable independientemente del tipo de ayuno que hagamos, mantener cierta actividad física moderada (como pasear durante 1 hora al sol), para no perder musculatura y beneficiarnos además del aporte de vitamina D.
Fase 1: Las primeras 24 horas el organismo está utilizando todas las reservas de glucosa (Hidratos de Carbono) disponibles.
Fase 2: El organismo empieza a utilizar las reservas lipídicas (Grasas).
Fase 3: Es el fin del ayuno. Empiezan a consumirse proteínas imprescindibles y se instaura la inanición.
¿Qué beneficios me aporta?
De forma terapéutica puede estar indicado tanto para hacer un proceso de depuración del organismo y mejorar el estado de bienestar, como para tratar una patología concreta.
Son numerosas las investigaciones que demuestran beneficios en los estados de cetosis provocados por el ayuno. Ayunar provoca en el organismo una serie de reacciones en las que al dejar de utilizar el aparato digestivo para absorber nutrientes, éste revierte su función y comienza una serie de procesos encaminados a la excreción y eliminación de sustancias de desecho, o lo que es lo mismo, proceso de depuración y limpieza.
El ayuno nos aporta múltiples beneficios, entre ellos:
Descanso del sistema digestivo.
Para el tratamiento y prevención de enfermedades: Diabetes tipo 2, artritis reumatoide, neurodegenerativas…
Como pilar fundamental en la estrategia de la pérdida de peso (NO debería usarse solamente como método rápido de adelgazamiento, sino como tratamiento en patologías como la obesidad).
Estabilizador del metabolismo en general, la tensión arterial y los niveles de azúcar en sangre.
Regulación hormonal.
Favorece la autofagia (autodestrucción de células dañadas).
Tratamiento de las enfermedades crónicas.
Longevidad y envejecimiento.
¿Para quién no está indicado?
Debes saber que no todo el mundo puede realizar ayunos. Para algunas personas, estos pueden traer más complicaciones que beneficios para la salud. A continuación algunos casos en donde NO está indicado realizar ningún tipo de ayuno:
Anorexia nerviosa o algún otro trastorno de la alimentación
Hipertiroidismo no controlado
Demencia e insuficiencia cerebrovascular avanzada
Insuficiencia renal o hepática avanzada
Personas con algún órgano trasplantado
Embarazo y lactancia
Consideraciones a tener en cuenta…la “Crisis Curativa”
Es muy importante que tengas en cuenta, que en caso de realizar ayunos más constantes y de mayor duración, puedes llegar a tener lo que se llama, una “crisis curativa” o «crisis de desintoxicación».
Esta se produce al movilizarse las sustancias tóxicas depositadas en los tejidos grasos del organismo, que pasan a la sangre. Ese paso a la sangre es el requisito previo para lograr el objetivo que se persigue, que es poder eliminar las sustancias tóxicas del organismo; por lo que se puede llegar a experimentar dolores de cabeza, náuseas, falta de energía, mareos…
Siempre, y repito, SIEMPRE, es necesario realizarlo bajo la supervisión de un especialista, para que en caso de que estos síntomas se alarguen, podamos saber qué realizar en todo momento.