No sé vosotros, pero yo soy muy fan de la cuchara, y me da igual invierno que verano, no hay nada como un buen caldo casero sabroso, aromático y reconfortante. Y el de huesos, ¡no iba a ser menos!
Tradicionalmente, los seres humanos hemos venido consumiendo caldo de huesos como base fundamente e integral de nuestra alimentación, en sopas, guisos, salsas… Vamos, que lo que nuestras abuelas preparaban con tanto cariño cuando éramos pequeños, hoy es considerado casi como oro líquido.
¿Por qué razón está considerado como un elixir de salud?
La habilidad de tu cuerpo para generar colágeno, reparar el hueso, tendones, ligamentos, cartílago, piel, cabello y uñas, disminuye con la edad y en caso de enfermedad.
El caldo de huesos, contiene minerales en una forma que el cuerpo es capaz de absorber con facilidad. No solo calcio sino también magnesio, fósforo, silicio, azufre y oligoelementos. Contiene el material proveniente del cartílago y de los tendones – elementos como sulfatos de condroitina y glucosamina.
Se prepara precisamente con la finalidad de extraer todos los nutrientes de estos y poder beneficiarnos de ellos de una forma fácil y deliciosa. Cuando cocinamos los huesos lentamente en agua, acidificando ligeramente el agua con un vinagre, los minerales y otros nutrientes se extraen de los huesos y van a parar al agua, permitiendo así que nuestro cuerpo sea capaz de absorber todos estos nutrientes.
Algunos de sus beneficios
- Es un alimento con alta densidad nutricional. Es una medicina para el cuerpo.
- Combate la inflamación. Los aminoácidos como la glicina, prolina, arginina tienen efectos antinflamatorios.
- Al ser una bomba de minerales, sobre todo de calcio, magnesio, azufre, potasio y sodio, te ayudará a reforzar los huesos, y por lo tanto a prevenir las enfermedades de desgaste del sistema óseo.
- Mejora la digestión, por su alto contenido en gelatina y colágeno ayuda con los jugos gástricos y repara las paredes del intestino.
- Promueve el crecimiento saludable del cabello y de las uñas, al ser muy rico en gelatina y colágeno.
- Bueno para la artritis y el dolor articular, por su contenido en glucosamina y condroitina que pueden ayudar a mitigar los dolores.
¿Cómo puedo tomarlo?
Además de estar riquísimo y de aportarnos tantos beneficios, este caldo es muy versátil y podemos usarlo en diferentes platos. Algunas ideas:
- Tomarlo como un consomé solo antes de las comidas o en ayunas. Podemos agregarle un poquito de miso para darle un aporte de probióticos.
- Para añadir a una crema o puré de verduras, y darle más sabor.
- Para hacer salsas.
- En estofados.
Consejos para su elaboración
- Es imprescindible hacerlo a fuego lento. El tiempo de cocción dependerá del animal y del tipo de olla que tengas. En el caso del tipo de olla, sí que es verdad que existen unas ollas de cocción lenta o “crock-pot” que te permiten cocinarlo durante mucho tiempo y con muy bajo consumo. Pero si no tienes una, ¡no pasa nada! Usa tu olla de toda la vida.
- Con olla lenta o crock-pot, la cocción va de 24h – 48h.
- Con olla normal de 12-14h (mínimo unas 8h).
- Importante la calidad de los huesos que se usen (de vaca, pollo, pescado…). Ten en cuenta que de ellos se extraerán los minerales, el colágeno, la gelatina y otras sustancias beneficiosas para tu organismo, y nutrirán el caldo que luego te beberás.
- Un secreto es conseguir que el caldo tenga una estructura gelatinosa, que al calentarse se volverá líquida y sabrosa. Para eso, hay que cocinarlo a fuego lento durante muchas horas.
- Hay muuuuchas formas de preparar un caldo, por lo que imaginación a la hora de agregar ingredientes y sabores. Las verduras y las hierbas le darán un toque diferente y mayor nivel nutricional. Se puede agregar romero, tomillo, jengibre, ajo, algas, pimienta negra, laurel…
- Si al meterlo en la nevera ves que se te queda con una consistencia de gelatina, es buena señal, indicará que los huesos han soltado todo el colágeno y lo tienes disponible en el caldo. Pero tranquilo/a que cuando lo calientes, se volverá líquido de nuevo.
- Para que tu caldo de huesos tenga un sabor rico debes retirar la espuma que sale al principio. Se trata de impurezas que salen a la superficie.
- Puedes refrigerar el caldo de huesos por hasta 5 a 6 seis días. Un buen caldo de huesos se gelatiniza uno o dos días después de estar en la refrigeradora.
Receta
Y ahora sí, ya es hora de ¡ponernos a por faena! Aquí va la receta.
Ingredientes
- 750 – 1500 gr de huesos de ternera o combinación
- 2 o 3 cebollas
- 1 o 2 puerros
- 2 zanahorias
- 1 rama de apio
- 2 cdas de vinagre de manzana eco
- 1 diente de ajo
- 2 o 3 litros de agua filtrada
- Hierbas aromáticas a elegir: tomillo, romero, perejil…
- 1 trocito de jengibre fresco (opcional)
- Un poco de alga kombu (opcional, pero recomendada por su aporte extra de minerales)
Elaboración
- Colocar los huesos, el agua y el vinagre en una cacerola y deja macerar 1 hora. Sobre todo en los de vacuno, también puedes hornearlos durante 45min a 180ºC.
- Transcurrida la maceración (o asado), agregar las verduras cortadas en trozos grandes.
- Llevar a fuego fuerte hasta que hierva.
- Bajar el fuego y cocinar tapado a fuego mínimo (12 a 14h)
- Cuando quede 1 hora para terminar, agregar las hierbas aromáticas.
- Apagar el fuego, dejar enfriar y colar.
- Usar o guardar en frascos de vidrio. Si tiene mucha grasa se compactará con el frío en la parte superior.
Aunque parece muy tedioso o que implica mucho tiempo, de verdad, es facilísimo y puedes organizarte un día del finde a hacerlo. No podemos comparar el caldo envasado (aunque sea ecológico) a uno casero, sobre todo si lo que buscamos es un alimento rico en nutrientes y con tanta cantidad de propiedades como tiene este.