Hoy quiero dedicar un cachito a este tema, aún desconocido por muchos y bastante más común de lo que nos pensamos. Da para hablar mucho, pero quería haceros un acercamiento con ideas generales ya que empezaréis a oír hablar de él cada vez más!
En la actualidad el intestino permeable o permeabilidad intestinal, está adquiriendo mayor relevancia y cada vez se está estudiando más, por los efectos que tiene a nivel sistémico e inmunológicos. El punto de partida pasa por comprender que, aun cuando durante mucho tiempo se pensó que la pared intestinal era una barrera infranqueable, en realidad se trata de una membrana permeable.
Las paredes de los intestinos están formadas por unas células llamadas enterocitos y por unas proteínas que unen dichos enterocitos. En este epitelio intestinal con microvellosidades en su superficie es donde tiene lugar la digestión y la absorción de nutrientes. Esta barrera mucosa selectiva actúa frente a microorganismos, macromoléculas que proceden de la digestión y tóxicos.
Cuando hay una permeabilidad intestinal, las proteínas que unen los enterocitos desaparecen y se crean perforaciones o espacio, a través de las cuales sustancias como alimentos no digeridos, toxinas, fármacos y microorganismos no deseados llegan al torrente sanguíneo y causan una inflamación no sólo de los tejidos intestinales sino de muchos otros tejidos.
Para entenderlo de una forma más sencilla, podemos pensar en estos espacios como en unas compuertas que normalmente están cerradas (actuando como protección, evitando que se filtren al torrente sanguíneo sustancias tóxicas o patógenos), pero que se pueden abrir para que pasen nutrientes. Por lo tanto, cuando decimos que un intestino es permeable, en cierto modo no es nada erróneo y estaríamos en lo cierto; el problema viene cuando el “sistema de cierre y defensa” no funciona bien y deja entrar a “diestro y siniestro”, incluyendo sustancias tóxicas y patógenos.
Cuando esto no se detecta y el intestino está sometido a esto continuamente, nuestro sistema inmune tendrá una sobrecarga de trabajo, provocando una respuesta inflamatoria, que le hará perder eficacia.
Este estado de inflamación crónico crea enfermedades que afectan al intestino, como el Síndrome del Intestino Irritable (SII), enfermedad de Crohn…, pero también puede traer consigo alergias e intolerancias alimentarias, candidiasis intestinal, inflamación de bajo grado, síndrome de fatiga crónica, migrañas, flatulencias, estreñimiento/diarrea, menstruaciones irregulares…
COMO AYUDAR A RECUPERAR UNA PERMEABILIDAD INTESTINAL
Evita todo aquello que te cause inflamación intestinal
Medicamentos como antibióticos, anticonceptivos o antinflamatorios.
Estrés crónico; esto es una de las causas principales de acidificación del organismo.
Dietas ricas en procesados, carbohidratos refinados, azúcar, gluten, lácteos.
Dietas bajas en fibras fermentables, como el almidón resistente (de esto hablé en un artículo anterior), los mucílagos (la chía o el lino), fructanos (alcachofa, espárragos…), pectinas (uva, plátano, manzana…), entre otros.
Toxinas dietéticas.
Alcohol, tabaco y no abusar del café, del té, ni del picante.
Otras recomendaciones a nivel de suplementación:
Glutamina, zinc, betacaroteno y quercetina (bioflavonoide): Estimulan la producción de las proteínas que unen a los enterocitos. La glutamina mejora considerablemente la permeabilidad intestinal y la morfología de la mucosa intestinal.
Aloe vera: Acción antiinflamatoria. Se aconseja que el extracto de pulpa de aloe vera esté libre de aloína, que produce un efecto laxante.
Vitaminas:
Las vitaminas C y E actúan como antioxidantes protegiendo las células frente al estrés oxidativo.
El Zinc, que contribuye a mantener la integridad de la pared intestinal debido tanto a su función defensiva, como a su efecto en la producción de prostaglandinas (sustancias con efecto antiinflamatorio).
El selenio, el ácido fólico, la vitamina B6, la vitamina B12, el zinc y la vitamina C contribuyen al correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Como siempre digo, son recomendaciones generales y siempre recomiendo antes consultarlo con un profesional, ya que es necesario preparar una pauta nutricional adaptada a las particularidades y características de cada persona.
¡MUCHAS GRACIAS!