A menudo veo como en la mayoría de casos, se tratan las afecciones de la piel de forma aislada e independiente del resto del organismo y de nuestra emoción, sin tener en cuenta la clara conexión de la piel con nuestro intestino y nuestro cerebro. Sí, sí, como lo oyes, la piel es el reflejo del estado de nuestro intestino y nuestro cerebro.
Emociones tales como la depresión, irritabilidad, ansiedad…se dan en la mayoría de los casos, por alteraciones en nuestra Microbiota. Ésta, juega un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro sistema de hambre y saciedad, en la digestión y en el metabolismo de los alimentos y nutrientes. Por ello, es importante cuidarla lo máximo posible, ya que, además, nuestra microbiota es totalmente cambiante en el tiempo (incluso en tal solo días puede modificarse por situaciones como: estrés, rutina alimentaria…).
Cuando tenemos un problema en la piel, suele indicar un desequilibrio también en el sistema nervioso. Y cuando la mente no está en equilibrio, se manifiesta en la piel.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro “otro cerebro” a estar más sano?
❶ Sustituir los alimentos azucarados y procesados por productos fermentados e integrales, ricos en fibra y antioxidantes.
❷ La comida basura, pobre en fibra, estanca la digestión y perturba a los microorganismos del intestino, lo que favorece la permeabilidad intestinal y la inflamación.
❸ ¡Probióticos sí! Pero sin olvidarse de los prebióticos (ajo, puerro, cebolla…)
❹ Elige bien los productos lácteos que tomas. Las proteínas, el suero y la caseína de la leche pueden alterar los niveles de insulina y desencadenar una reacción inflamatoria. Siempre recomiendo eliminar los lácteos (sobre todo los de vaca) y sustituirlos por los de cabra o versiones vegetales o fermentadas como el kéfir.
➎ Intenta aplicar técnicas de relajación y control del estrés, tales como mindfulness o la meditación para bajar nuestros niveles de cortisol, hormona del estrés.
➏ Ejercítate, muévete todo lo que puedas, baila!