La piel, nuestro órgano más visible
La piel es el órgano más extenso de todo el cuerpo y, aunque marca la frontera entre el mundo interior y el exterior, su aspecto exterior puede decirnos mucho sobre nuestro interior.
Nutrir la piel es como nutrir el cuerpo, cuando nos alimentamos por vía oral, el alimento llega al sistema digestivo y lo procesamos para obtener nutrientes que luego pasarán al torrente sanguíneo. Este proceso es mucho más directo que el hecho de ponerse cremas (cuya publicidad te vende que te solucionará cualquier problema!) ya que los componentes nutricionales penetrarán en el organismo tendiendo un efecto positivo (o negativo) en el aspecto y salud de nuestra piel.
La piel avisa de las carencias nutricionales y de los excesos de tóxicos, como los alimentos ultra procesados o ricos en azúcares. El resultado puede ser diverso, como la aparición de acné, dermatitis y erupciones.
Hay muchos factores a tener en cuenta dentro de la alimentación y que son importantes, pero para el cuidado de la piel, diría que es básica una alimentación rica frutas, verduras y hortalizas (por su contenido de fibra, vitaminas y minerales), grasas saludables ricas en omega-3 y proteínas de buena calidad. Sin olvidar un punto muy importante como es una óptima hidratación.
Causas del envejecimiento o deterioro de la piel
El envejecimiento de la piel es un proceso multifactorial que se produce a partir de dos mecanismos distintivos:
- Envejecimiento intrínseco: desde el interior
- Altos niveles de azúcar en sangre
- La capacidad del propio organismo para sintetizar colágeno
- Las hormonas del estrés causan cambios en la producción y descomposición del colágeno de la piel.
- Estado de nuestra microbiota
- Envejecimiento extrínseco: desde el exterior
- El estilo de vida: alimentación, consumo de alcohol, tabaco, la falta de sueño, el estrés crónico…
- La exposición al sol. El daño solar acumulado de los radicales libres puede desencadenar un deterioro prematuro de la piel.
- Factores ambientales como contaminación, químicos, disruptores endocrinos…
¿Qué nutrientes necesita la piel?
La salud de nuestra piel dependerá del aporte de vitaminas, minerales, antioxidantes, grasas saludables y proteínas de buena calidad. Si entramos en detalle en cada uno de estos nutrientes destacamos:
- MINERALES
- El hierro. Imprescindible para la formación de hemoglobina, componente de la sangre, y cuando falta la piel se vuelve más pálida y débil. Alimentos como carne, huevos, almejas, tofu, garbanzos y vegetales de hoja verde (combinar con alimentos ricos en vitamina C para mejorar su absorción).
- Zinc. La mayor parte del zinc se encuentra en la piel, el cabello y las uñas y es básico para la regeneración de los tejidos. Alimentos como las semillas de calabaza, huevo, almejas, ostras, avellanas.
- Silicio
- VITAMINAS Y ANTIOXIDANTES
- Vitamina C: Necesaria para la producción de uno de los componentes estructurales más importantes de la piel, el colágeno. Además, la vitamina C funciona como antioxidante y protege contra los radicales libres causados por la radiación UV previniendo el envejecimiento prematuro de la piel. Alimentos ricos en vitamina C: kiwi, pimiento, fresas, tomate, brócoli, pomelo…
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- Vitamina E: Activa la circulación sanguínea, regenera las células de la piel fortaleciéndola, optimiza el uso de oxígeno y reduce el endurecimiento de las paredes de los capilares. Hace una perfecta sinergia con la vitamina C, potenciando aún más su poder antioxidante. Algunos ejemplos de alimentos ricos en vitamina E son los frutos secos, aguacate, espinacas o el salmón.
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- Betacaroteno o provitamina A: Pertenece la familia de los flavonoides y su especial interés reside en que tiene actividad provitamina A. El betacaroteno en sí mismo no es un nutriente esencial, pero la vitamina A sí lo es. Los betacarotenos, son un gran antioxidante, que protege nuestro organismo de la oxidación celular; estimulando el sistema inmune. ¿Dónde podemos encontrarlo? En alimentos con mucho color! Algunos ejemplos:
- Albaricoques, papaya, mango
- Perejil, col kale, espinacas, brócoli
- Boniato, calabaza, zanahoria, pimiento
- Espirulina, chlorella, algas
- Betacaroteno o provitamina A: Pertenece la familia de los flavonoides y su especial interés reside en que tiene actividad provitamina A. El betacaroteno en sí mismo no es un nutriente esencial, pero la vitamina A sí lo es. Los betacarotenos, son un gran antioxidante, que protege nuestro organismo de la oxidación celular; estimulando el sistema inmune. ¿Dónde podemos encontrarlo? En alimentos con mucho color! Algunos ejemplos:
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- Coenzima Q10: Es otro antioxidante presente en la piel y que se ve afectada por la edad y por el déficit nutricional, entre otras cosas. Prevalece en alimentos como carnes (pollo) y pescados (salmón), frutas (naranjas, fresas y frambuesas), legumbres (lentejas y guisantes), verduras y hortalizas o semillas y frutos secos.
- Selenio: Interviene en la síntesis de colágeno, así como para contrarrestar los radicales libres y prevenir el envejecimiento celular. Podemos encontrarlo en alimentos como la nueces de Brasil (son las reinas!), semillas de girasol, huevo, pescados…
- ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES: Son básicos para una correcta regeneración celular de la piel proporcionando hidratación. El omega-9 presente en el aceite de oliva prensado en frío; y las poliinsaturadas: el omega-3 y el omega-6 de semillas oleaginosas y frutos secos.
- COLÁGENO. Es la proteína fibrosa que mantiene unidos los tejidos. A medida que envejecemos, su producción va disminuyendo gradualmente provocando (entre otras muchas cosas) flexibilidad en la piel. Algunas fuentes importantes de colágeno: pimiento, tomate, huevo, caldo de huesos, limón, sardinas…
- ALIMENTOS FERMENTADOS (probióticos): Los probióticos para modular la microbiota intestinal y con ello el sistema inmunitario y la inflamación de la piel.
¿Qué está dañando tu piel?
Más que alimentos en concreto, lo que perjudica a la piel es el tabaco y una dieta desequilibrada en general. Pero es cierto que el consumo alimentos inflamatorios (lácteos, gluten, alimentos ultra procesados, aceites/grasas hidrogenadas, azúcar…) acidifica la sangre y favorece la toxemia, lo que se traduce en una piel más deteriorada.
Hay que tener en cuenta que cuando el organismo contiene emociones estancadas, está inflamado o hay exceso de tóxicos, uno de los órganos excretores es la piel, de ahí que aparezcan erupciones, acné, eccemas y/o envejecimiento prematuro. Otros factores que pueden estar dañando a la salud de tu piel:
- Estreñimiento: En un cuerpo lleno de toxinas es difícil que haya equilibrio y a la larga, se acabará notando en nuestra piel. Por eso, además de tener en cuenta la alimentación para poder regular el tránsito intestinal, es necesario asegurarse de solucionar la causa que nos está generando este estreñimiento crónico (SIBO, disbiosis intestinal, parásitos…).
- Estrés crónico y/o conflictos emocionales: La piel representa nuestras limitaciones y la imagen que tenemos de nosotros mismos. Los problemas de piel son el signo de las dificultades de nuestras vivencias con el mundo exterior, con nuestras relaciones.
- Microbiota débil y en desequilibrio: Acné, psoriasis o dermatitis atópica, son causadas por un proceso inflamatorio cutáneo, el cuál puede deberse y estar relacionado con una alteración de la microbiota intestinal que haga que la barrera intestinal se haga más permeable y cause tanto inflamación local como sistémica.